La obesidad podría ser causa de más una decena de tipos de cáncer
El exceso de grasa corporal podría causar más de 10 tipos de cáncer, lo cual pondría a la obesidad como la segunda causa modificable de cáncer después del consumo de tabaco, según un editorial publicado el 28 de febrero en British Medical Journal.[1]
El estudio, publicado en la misma edición en BMJ por el grupo de investigación de la Dra. Kyrgiou y sus colaboradores, hizo una revisión de revisiones de literatura (Revisión Paraguas) de cerca de 50 artículos científicos, y se enfocó en 95 de 204 metanálisis para evaluar qué tan fuerte es la evidencia que establece una relación entre diferentes índices de grasa corporal y el riesgo de desarrollar o morir de 36 tipos de cáncer.
Los investigadores reportaron diferentes tipos de evidencia para sustentar las asociaciones entre exceso de grasa corporal y cáncer, y las clasificaron por categorías: evidencia "fuerte", "altamente sugerente", "sugerente" y "débil". Sin embargo, solamente encontraron evidencia "fuerte" en 13% de los metanálisis estudiados – y 24% de los metanálisis no presentaron suficiente evidencia para sustentar asociación alguna.
Aun así, hay evidencia fuerte para sostener que existen 9 tipos de cáncer asociados con el exceso de grasa corporal, los cuales son: adenocarcinoma esofágico, cáncer de colon y recto en hombres, cáncer en las vías biliares y páncreas, cáncer de endometrio en mujeres premenopáusicas, cáncer de mama en mujeres posmenopáusicas, cáncer de ovario, cáncer de riñón y mieloma múltiple.
La obesidad es uno de los problemas de salud pública más importantes a nivel mundial, y los resultados de este estudio sugieren que la población en riesgo es enorme. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), desde 1980 se ha más que duplicado a nivel mundial. Más de 1,900 millones de adultos tienen sobrepeso y 600 millones de ellos son obesos, según cifras de 2014. Además, hay 41 millones de niños menores de 5 años con sobrepeso u obesidad.[3]
México ocupa el primer lugar mundial en obesidad infantil y el segundo en obesidad en adultos, el primer lugar lo ocupa Estados Unidos. Según la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición de Medio Camino 2016 en México, la prevalencia combinada de sobrepeso y obesidad en niños de entre 5 y 11 años de edad es de 33,2%; en adolescentes de 12 a 19 años es de 36,3%, y en adultos mayores de 20 años es un alarmante 72,5%.[4]
Un indicador de obesidad es el índice de masa corporal (IMC), una medida que determina el grado de obesidad de una persona en función de su peso y su estatura. Se calcula como el peso en kilogramos de una persona dividido entre el cuadrado de su estatura en metros. Así, si una persona pesa 55 kg y mide 1,59 m su IMC es de 21,8 kg/m2 y se considera que no tiene problemas de peso pues entra dentro del rango que se considera "normal"; un IMC por debajo de 18,4 se considera como de bajo peso, entre 18,5 y 24,9 se considera normal, de 25 a 29,9 con sobrepeso y mayor a 30 con obesidad.
Así, para evaluar la evidencia "fuerte" que establece la relación entre obesidad y el riesgo de padecer los 9 tipos de cáncer antes mencionados, los investigadores comprobaron que el incremento en el IMC está asociado con el incremento en el riesgo. De hecho, el incremento en el riesgo de desarrollar cáncer por cada incremento en IMC de 5 kg/m2 varió de 9% para cáncer de recto en hombres, hasta 56% en cáncer de sistema de tracto biliar.
En mujeres, otra relación confirmada la constituyó el aumento de peso con un mayor riesgo de cáncer de mama posmenopáusico en aquellas que nunca han usado terapias de remplazo hormonal (TRH). De igual manera, la proporción entre las medidas de cintura y circunferencia de la cadera se asoció con cáncer endometrial en las mujeres premenopáusicas que nunca han utilizado TRH, en quienes el riesgo de cáncer de mama se incrementó en 11% por cada 5 Kg de aumento de peso en la adultez, y el riesgo de cáncer endometrial aumentó en 21% por cada incremento de 0,1 en la razón de cintura-cadera.
Además de la evidencia que evaluaron de los 95 meta análisis en los que se enfocaron inicialmente, los investigadores también encontraron 5 asociaciones adicionales apoyadas por evidencia fuerte cuando se incluyeron medidas categóricas de los niveles de grasa corporal revisadas en otros 109 metanálisis: la de asociación de aumento de peso con cáncer colorrectal; de índice de masa corporal con vesícula biliar, de cardias gástrico y cáncer de ovario; y de mortalidad con mieloma múltiple.
Con estos datos, los investigadores concluyeron que, aunque la asociación entre los niveles de grasa corporal con el riesgo de cáncer ha sido estudiada ampliamente, solamente presentan evidencia fuerte 11 de ellas, que son las asociaciones con adenocarcinoma esofágico, mieloma múltiple, y los cánceres de la cardias gástrico, colon, recto, sistema de vías biliares, páncreas, mama, endometrio, ovario y riñón.
Los autores señalan que, aunque las otras 25 asociaciones podrían ser legítimas, aún "hay una gran incertidumbre al respecto", y confiesan que su estudio tiene limitaciones dado que se basa en una revisión paraguas de la literatura científica.
Sin embargo una cosa sí es segura: prevenir el aumento de peso en adultos puede reducir el riesgo de cáncer.
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